martes, 22 de julio de 2014

Este "blogger" es un vago en Moscú

Es lamentablemente cierto si nos ceñimos a la escritura de textos e ideas que en nuestros tiempos escasea, tanto llena, pero que pocos leen.
No soy escritor de audiencias, pero he pasado de escribir durante años en Extracrew a las nuevas tecnologías del Facebook y Twitter.
Todo un desastre para un pequeño blogger aeronáutico.
He decidido romper ese silencio que me adormece las manos, que no las ideas.
Escribir sobre Aviación de nuevo es un reto para mí. Reconozco que necesitaré de nuevo morderme la lengua, ya que si dijera todo lo que pienso me echarían de muchos sitios y me valorarían en otros ¿el mismísimo infierno?
Volviendo al hilo aeronáutico, hoy me han sacado de "imaginaria" con aquella llamada del pánico que todos los pilotos tememos. Esa es la que te pilla con el sueño a medias y te levantas desconcertadamente....incrédulo ¿es a mí?
Es para tí chaval (ya no tanto). Ve, levántate, dúchate y termina de preparar la maleta sin hacer ruido.
Sales de casa zumbado y llegas al parking con la furgoneta preparada para ir al SAT....con más incrédulos llamados a las 4 de la mañana porque a unos pasajeros de un vuelo a Moscú se les ha ocurrido liarse a mamporros en el rodaje rasgándose algo más que las vestiduras.
El comandante, ante semejante "marrón" tuvo que volver al parking y desembarcar a los boxeadores de turno.
Pérdida de tiempo, volver a salir y fallo del APU en vuelo ¿tendrían algún diferido?
Volvieron y la actividad ya no les daría.
Así fue como nos llamaron a nosotros.
Ponerse a cargar todo en el FMGS con un sueño cerebral no es fácil. La mente se va despertando pero el tiempo corre.
Hoy agradecí de verdad esa hora de firma con respecto a la salida.
El despegue rumbo a Moscú en mitad de un incipiente amanecer fue fantástico.
A medida que avanzaba el vuelo, las tareas se hacían interminables e hicieron que se hiciera entretenido.
Turbulencia, un aviso nuevo de "Tripulación...turbulencia" y chequeos constantes de la ruta y de los parámetros de vuelo.
Al final, una aproximación por sorpresa por el lado no previsto en Moscú pero prevista en nuestras mentes que viven de la constante improvisación.
La tripulación ya nos esperaba para llevarse el avión de vuelta. 
También estaban medio dormidos de las llamadas que recibieron por tanto cambio en mitad de la noche.
Allá se quedó el EC KKS, un entrañable A319.
Aquí nos quedamos nosotros, intentando convencer al personal del hotel de que teníamos derecho a comida, que la pagaba la compañía, pero ellos "erré que erre", "only continental breakfast" a las 4 de la tarde suyas después de un atasco increíble para llegar al hotel.
No conseguí esa comida, tan sólo un sucedáneo de comida en una zona reservada para pilotos (pero no para nosotros dijo la señorita después de invitarme a entrar y esperar a hincarle el diente a algo en mitad de aquel sueño).
Volveremos a Madrid en mitad de otro sueño.

Buenos vuelos